La Arquitectura del Mundo

El mundo se ha levantado sobre montañas, valles, ríos, mares y océanos que sorprenden al viajero por su belleza, y aunque muchos de los viajes que realizamos son para contemplar la arquitectura que los hombres han erigido, hay otros muchos que se hacen para contemplar maravillas arquitectónicas de la naturaleza.

No hay que ir muy lejos para ver algunas de estas espectaculares construcciones naturales. En Cuenca tenemos la Ciudad Encantada, donde con un poco de imaginación podemos descubrir calles, plazas, edificios de gran altura, puentes romanos, puertas góticas y hasta grandes barcos.

Y por supuesto, su entorno resulta también espectacular, con su vegetación llena de quejigos y sabinas junto a algún enebro y boj que aromatizados con perfume de romero y tomillo hacen que el paseante disfrute de los encantos de esta arquitectura natural.

Otro ejemplo cercano de Arquitectura del mundo lo encontramos en Zaragoza, en el Parque Natural del Monasterio de Piedra, donde el río Piedra ha modelado la roca formando lagos, grutas y cascadas. Todo en este parque se ha formado en torno al agua y su movimiento.

Pero lo más espectacular es la posibilidad de ver cada rincón, en función de la hora del día, de manera diferente. Los efectos que el sol produce en las diferentes zonas del parque donde el agua reside, son indescriptibles. Y esto unido a la diversidad de especies y plantas en tan reducido espacio, hace que el visitante se lleve una agradable sensación mágica que le obliga a regresar a este monumento natural empapado de belleza.



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